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Uno de los temas que más interés y estudio está suscitando actualmente en psicología, es la autocompasión. Se define como al proceso mediante el cual somos amables y comprensivos con nosotros mismos, especialmente en momentos de sufrimiento o fracaso. Implica aprender a escucharnos, y sobre todo a empatizar con nuestro malestar, procurando entender cómo hemos interpretado y juzgado una situación, aceptando el conjunto de emociones que nos ha suscitado.
Junto a esto, y aunque se encuentre estrechamente vinculada, conviene diferenciarla de la autoestima, la cual supondría la creencia o valoración de que somos dignos y valiosos.
Además, si bien la autoestima puede ser frágil y propensa a la fluctuación, la autocompasión es una fuente más estable y constante de emoción positiva, y permite a las personas aceptar sus imperfecciones y errores, en lugar de luchar constantemente por la perfección o para evitar los desafíos.
¿Cómo podemos potenciarla?
- Mindfulness o atención plena: es la práctica de llevar la atención al momento presente sin juzgar. Al prestar atención a nuestras emociones negativas y la autocrítica, podemos aprender a responder a estas experiencias con amabilidad y comprensión, en lugar de detenernos en ellas o tratar de alejarlas.
- Aceptar y reconocer el malestar: Otro aspecto de la autocompasión es el reconocimiento de que todos los humanos experimentan sufrimiento y que todos estamos conectados en nuestra humanidad compartida. Esto ayuda a fomentar un sentido de conexión y pertenencia, en lugar de aislamiento y vergüenza.
- Practicar el perdón: Discúlpate, pero sobretodo hazlo contigo mismo/a. Difícilmente nos paramos a perdonarnos, porque no toleramos habernos equivocado. Podemos ser nuestros peores jueces, y esto únicamente potencia mantener el malestar. Perdonarnos es el primer paso para integrar y aceptar nuestras emociones.
- Frases y descansos de autocompasión: este método es especialmente útil en nuestro día a día. Podemos dedicar momentos a reconocer nuestro sufrimiento y proporcionarnos amabilidad y comprensión.
Así pues, a pesar de ser un concepto relativamente nuevo, ha ganado mucha atención debido a sus beneficios potenciales. En este sentido, se ha demostrado que las personas que practican la autocompasión tienden a tener niveles más altos de bienestar, niveles más bajos de ansiedad y depresión, y son más resistentes al estrés. Por ello, tiene el potencial de mejorar en gran medida la salud mental y el bienestar, y supone una habilidad que se puede desarrollar y cultivar, permitiendo proporcionar una fuente más estable y constante de emociones positivas en la vida diaria.
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Fuente: El poder de la autocompasión - Gabinet Psicològic Mataró (gabinetpsicologicmataro.com)
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